Una de las de las leyendas más famosas de Los Mochis, se encuentra en este antiguo centro de baile, a más de 45 años de su último baile cuentan los habitantes y las personas que a diario visitan el Cerro de “La memoria” que en este iconico lugar se aparece un ente de otro mundo, que cuentan; es una joven que según la leyenda bailo con un joven en un festival de la cuidad y al llevarla a su casa su familia le informa esta muerta desde ya hace unos años.
Pálida pero sin duda bella como para “encandilar” a cualquier hombre, Silvia, “la dama de blanco” se presentó en un baile que se celebraba en la punta del cerro de la Memoria. Según cuentan quienes presenciaron aquella escena hace poco más de 50 años, la mujer salió de entre la nada y sin titubear se acercó a un hombre al cual desde lejos “llamó con la mirada”.Una vez que le tomó del brazo, se dirigió con él a la pista de baile para bailar. Los relatos señalan que en ese preciso momento aquel muchacho perdió la noción del tiempo y el espacio. Disfrutaba del baile sin darse cuenta de que a su alrededor nadie más participaba de este. Así transcurrió la noche, o al menos eso es lo que él hombre pensaba. Llegó el momento que Silvia sin más, se detuvo. Le pidió que la llevará a su casa, el joven se resistió pero luego de ver la desesperación que ella tenía por irse, accedió. De camino al hogar de “la dama de blanco”, la chica dijo tener frío y esto bastó para que su acompañante se quitara la chamarra que portaba para prestársela. La mujer siguió caminando, bajó por las largas escalinatas del cerro de la Memoria y dirigió a su pareja de baile hacia el cementerio. El hombre, incrédulo de lo que veía y percatándose de que la mujer estaba más fría de lo normal, siguió caminando. Fue entonces cuando la bella dama con la que minutos antes había pasado un bello momento se detuvo frente a una tumba y afirmó que ahí vivía. El joven enmudeció y pocos segundos bastaron para que la mujer desapareciera. La chamarra con la que el hombre la cubrió del frío quedó tirada justo arriba de aquella tumba. Cuenta la leyenda que al reaccionar, el muchacho aquel salió corriendo del camposanto. Se dirigió al cerro de la Memoria para pedir auxilio a sus amigos pero en aquel lugar no encontró a nadie, de hecho quienes asistieron esa noche a tal fiesta aseguran que esta no se canceló.
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